April 04 2012
Mundo Wok # 6
Desde su fundación en 1538, Bogotá y sus habitantes han valorado más la sabana que las montañas. Ven a sus Cerros Orientales con temor, como un lugar peligroso, externo a la ciudad. Los turistas, que se admiran con la belleza de la ciudad, no se explican por qué los bogotanos no los recorren y disfrutan.
Los Amigos de la Montaña conforman una comunidad de caminantes de los Cerros Orientales, en la localidad de Chapinero, que ha vivido un proceso de apropiación de su espacio, y que mediante sus acciones quieren irradiar ese sentimiento por la montaña que hoy comparten y contribuir así a cambiar la mirada que de sus Cerros Orientales tienen los habitantes de la ciudad. “Yo subo a la motaña porque es una manera de meditar, de sentirme viva y saludable, y porque es un oasis de paz, silencio y armonía en medio de la ciudad. Los días en los que subo son más productivos y felices”, expresa una Amiga de la Montaña.